Según todas las encuestas, y la
más fiable apreciación personal, el PSOE, lejos de haber tocado fondo, sigue en
caída libre. Urge, pues, hacer todo lo posible por parar la caída, pues de
momento empezar a subir en valoración e intención de voto, forma parte de los
anhelos más que de lo posible.
El congreso federal supuso un
cierre en falso, con candidatos que no entusiasmaban ni a propios ni a
extraños, y se optó por el que se creyó
menos malo frente a una candidata joven
y experta, pero que tuvo el desacierto de rodearse de todos los protestones de turno, sin más conexión entre
ellos que la de estar en contra de lo
que fuera. Así ver en el mismo carro a
personajes finiquitados como Barreda, Tomás Gómez que a pesar de haber ganado
en Madrid, es la esencia de la derrota, Leire Pajín y otros cuantos próceres
del recelo y la desidia, hizo un flaco
favor a Carmen Chacón.
Pero se optó por la experiencia y
la sabiduría, (tampoco había mucho más para elegir) y además se hizo con la
convicción de que se estaba eligiendo a un secretario general que no sería
candidato a la presidencia del gobierno y que su mandato sería de transición
más que de afianzamiento, reorganización, cambio, renovación e impulso de un
nuevo modelo, de nuevas formas, de nuevas actitudes.
Por lo tanto se dejó todo abierto
y todo por hacer. Se puede decir que fue un congreso prescindible y que solo la
precipitación de Zapatero por irse lo hizo inevitable, aunque a la luz de los
resultados y de lo que sigue pasando, tal vez un poco más de tiempo para reflexionar
no habría estado mal
Y el problema sin embargo, no
hacía más que empezar. La precipitación del congreso federal ha supuesto que
todo el mecanismo de elección de nuevas direcciones en los ámbitos regionales, provinciales y locales, también
se vieran impelidos sin tener muy claro ni el mensaje, ni el rumbo ni las
formas.
Al tiempo, han surgido de nuevo
todas aquellas voces críticas, descontentas, inconformistas o simplemente
moscacojoneras, que han visto en este Caos
la posibilidad cierta de cuanto menos hacer ruido, y es lo que están haciendo.
Con todo, a nadie puede extrañar
que el PSOE siga en caída libre, y lo que es peor, sin visos de cambio ni
mejora. Un PSOE absolutamente descabezado, con lideres más que cuestionados,
con arribistas aprovechando
oportunidades, con el auge exacerbado de los mediocres que se creen más
imprescindibles que nunca y sin nadie
que diga ¡Basta ya! Y ¡Vamos a trabajar!
La impresión que se da a los ciudadanos
es la de una jaula de grillos, donde se compite por ver quien hace más ruido en
vez de competir por dar soluciones,
conformar un discurso y un proyecto serio, creíble, posible, cercano y de
futuro.
Tal vez sea exagerado, pero si
alguien no para este despropósito, el más que centenario partido socialista
está abocado a una refundación profunda o a convertirse en un partido residual
por muchos años.
Cualquier partido socialista está en pleno proceso de revisión de sus políticas y de sus enunciados, ya que la composición social de sus adherentes difiere, y en mucho, de aquella que poseían quienes le dieron origen e identidad. A nuevas realidades, nuevas políticas. Pareciera que solo queda el divismo.
ResponderEliminarTienes razón Arturo, pero también hay principios fundamentales irrenunciables que en los últimos tiempos, con las terceras vías y los discursos eclécticos y vagos han quedado en un segundo plano y en gran parte han provocado el alejamiento de la gente de sus postulados, en especial los jóvenes.
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