miércoles, 18 de abril de 2012

EL REY Y SUS DEFENSORES


Leo en los diarios y escucho en los informativos que el señor Bono anda por ahí, de la mano del incalificable Pedro J. Ramírez, rata cloaquera donde las haya,   abogando por gobiernos de coalición entre el PP y el PSOE, incluso en Andalucía, y diciendo cosas como que su genotipo político está tanto en Falange Española como en el PSOE, en fin, cosas ya conocidas hace muchos años.
Le oigo también hacer una entusiasta defensa del rey diciendo absolutas tonterías como: ¿qué habría sido de España si el 23 F en vez de el rey hubiésemos tenido un presidente de la República? Y responde que nos habríamos ido  río abajo. Lo cierto es que hablar de hipótesis es muy fácil y muy propio de cretinos, pues a toro pasado, todo lo que podamos decir entra dentro de las opiniones personales, que como ya diría en gran sabio de Harry en Sucio, son como el culo, cada uno tiene el suyo. Pues eso, lo que pudiera o no haber pasado con un rey o con un presidente es algo que solo cabe en las ensoñaciones de un nostálgico que nada dicen, que nada demuestran y que nada justifican.
El problema es cuando se toma esa actuación puntual del rey como mantra supremo para no solo loar ad aeternum al ínclito monarca, sino incluso para justificar su beatificación y la consagración de toda su familia para seguir en la poltrona por el derecho divino de fornicio, sangre y herencia.
Claro, que a los desvaríos de Bono no le van a la zaga los del ministro de justicia, el Sr.  Gallardón, que dice del rey que es el primer gran activo del a democracia. Yo en mi ingenuidad creí que el primer gran activo de la democracia era el pueblo soberano, los ciudadanos, pero no, es el rey. Él es la democracia, su encarnación, su esencia y su sustento. De tal manera es así, que habrá que inocularle el virus de la eternidad pues si un día nos falta, nos quedaremos huérfanos de héroes y desamparados ante los peligros que acechan a esta democracia de chichinabo que se sustenta tan férreamente en la figura de este señor, que heredó el carguito de su padre y se lo reconoció otro gran demócrata como el generalísimo de todos los ejércitos y faro de occidente.
En fin, que si cada vez que se pone en tela de juicio a la figura del rey y de la monarquía, lo único que sus defensores tienen en su defensa es el espantajo del 23F, la cosa va bien, es cuestión de tiempo para que se imponga la sensatez y podamos decidir, dentro de los muchos límites de nuestras democracias imperfectas, quien queremos que nos represente  y si nos equivocamos, cambiamos en la próxima. Los Borbones tienen en su haber tantas mezquindades y  agravios contra España y sus ciudadanos, que por muy bien que lo haya hecho el actual, que paso de entrar a valorar, no justifica para nada la permanencia de la ralea.

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