REPSOL Y EL CHOVINISMO

Son muchos los aspectos que se cruzan en este truculento caso de la expropiación del 51% de IPF, que supone casi el 90% de la participación de REPSOL en esa empresa, que solo afecta, no se olvide, al grueso de la participación de la empresa “española” en el capital de la petrolera argentina. Curioso, sin duda.

Detesto profundamente cualquier tipo de populismo barato y chovinista que llena de banderas los discursos y referencias patrias más propias de  mentecatos que de gente seria llamada a gobernar estados y naciones. En este sentido en Argentina tienen una cosa extraña llamada peronismo que supone una mezcla interesada de nacionalismo, populismo, radicalismo de izquierdas y radicalismo de derechas. Todo vale y todo cabe en el peronismo argentino, como sucedía con el PRI mexicano o con el Movimiento bolivariano de Chávez, o de tantos  grupos raros que pululan por el mundo y especialmente por América Latina.

Solo en ese ambiente de nacional populismo se puede entender la algarabía que provocan las expropiaciones espectáculo de los gobiernos latinoamericanos. Supongo que pesa más decir que una empresa es Argentina, que lo que de argentina tenga en realidad. Me explico: si en Argentina se creen que IPF ahora, o aerolíneas hace unos años, pasó a ser propiedad de los argentinos y a repercutir sus beneficios, si los hubiera, en los argentinos, es que son igual de estúpidos que los españoles que se  rasgan las vestiduras porque se ha expropiado a REPSOL su participación en IPF y que lo toman como una afrenta contra España.

Estamos hablando de multinacionales  petroleras, no lo olvidemos. No son ni ONGs, ni almas de la caridad, ni ejemplos de altruismo o filantropía, son empresas que devoran recursos naturales, que ganan inmensas fortunas a costa del medio ambiente y que pueden hacer tambalear la economía de los países. El decir de REPSOL que es una empresa española y que el gobierno se tomará como una afrenta contra España, cualquier cosa que se haga contra la empresa es cuanto menos de un ridículo que provoca sonrojo y bochorno. A efectos administrativos, culturales, fiscales, históricos, familiares y sentimentales yo soy español, ¿se puede decir lo mismo de REPSOL?  ¿Dónde tributa REPSOL? ¿Reparte REPSOL sus beneficios con los españoles? ¿Defiende REPSOL los intereses de España y de los españoles con la misma vehemencia que han hecho (de boquiqui) los ministros de nuestro inepto gobierno? En fin, creo que las respuestas son obvias.

No obstante todo lo expuesto, cabe señalar que  si bien me inspiran poco afecto estas multinacionales sin alma y  sin nación, por mucho apellido que se pongan, lo cierto es que  no deja de ser paradójico ver cómo esta misma señora de lágrima fácil que siempre va con el retrato de su marido y el de Evita en ristre, hace pocos años alababa a REPSOL y aplaudía de forma entusiasta su adquisición, y ahora, envuelta en la bandera de la desfachatez se lanza a quedarse con su parte de la petrolera argentina, y solo de su parte, uniendo en un mismo acto el alimento mezquino al chovinismo argentino y el desagravio contra la pérfida potencia colonial que les robara todas las riquezas en el pasado, a ellos que en su inmensa mayoría son descendientes de italianos y españoles.  

Y mientras, el gobierno que iba a poner a España en su sitio y que iba a hacer una política exterior seria  en defensa de los intereses de España y que iba a se contundente y firme, se muestra torpe, con amenazas de patio de colegio y con una ineficacia absoluta y preocupante. Pero claro, esto también será fruto de la herencia recibida...