Dejando de lado esos muchos
comentario, editoriales y artículos de opinión varios, que lejos de analizar el
movimiento del 15M se dedican a la simpleza
de insultar y poner de manifiesta deficiencias insustanciales, me
gustaría poner sobre la mesa lo que sin duda
es el inmenso logro y la gran aportación de este movimiento que aun sigue incipiente, pero que
supone un halo de viento fresco a la podredumbre que nos inunda.
He escuchado a gente muy sesuda,
incluso a algún padre de la constitución,
decir que este movimiento aporta muy poco al sistema democrático, así también
se insiste mucho en la falta de concreción y en lo poco que aporta a la solución
de los problemas.
Sin duda se podría decir mucho al
respecto y en gran parte rebatirlo con
datos contundentes, pero no es el caso.
Estimo, por el contrario, que por
mucho que se empeñen en ofrecer soluciones a los problemas que tiene la
sociedad actual, algunas sumamente pintorescas e ingenuas, lo que realmente hace
grande e importante a este movimiento es el haber puesto sobre la mesa, no las
soluciones, sino los problemas.
El haber puesto todos los dedos
en todas las llagas, hurgando hasta lo más recóndito con el fin de sacar todo
fuera, es el fundamento del 15M y en ello radica su inmenso interés, su
incuestionable seriedad y su inapelable legitimidad moral.
Como todo movimiento serio, no se
limita a señalar el problema, también lo analiza, lo pone al descubierto, busca
causas en incluso soluciones, desde las más
razonables, a las más imaginativas, todo cabe y todo está permitido. Cuando se
habla en tono despectivo de este movimiento y solo se reflejan sus
deficiencias, es como cuando nos señalan
la luna y nos quedamos mirando al dedo. Si nos empecinamos en calificar las
soluciones que proponen sin alterarnos por los problemas que proclaman es que el cinismo o la ceguera
interesada han calado tan profundo que somos capaces de llamar ingenuos a
quienes tienen profundas raíces en la realidad, y nos creemos tan listos que
ridiculizamos lo que ni siquiera somos capaces de entender.
Que miles de hombres y mujeres,
de todas las edades, pero especialmente jóvenes, se sienten en las plazas y en
las calles a hablar de los problemas de todos,
que pongan su tiempo, sus
conocimientos, su comodidad, y su futuro inmediato al servicio de una
causa colectiva, universal, solidaria,
crítica y de justicia, es algo que a toda persona bien nacida debería
reconfortar y llenar de esperanza.
Si hemos llegado a ser una
sociedad insulsa, apática e inane, es porque nos han ocultado la realidad a
base de fuegos de artificio, de mentiras institucionales y de baratijas
brillantes. Se nos había vetado el acceso a la verdad, el acceso a los
problemas de fondo de nuestra sociedad y hemos vivido tranquilos en nuestra
ignorancia. Con ella hemos sido cómplices indolentes de una inmensa tragedia
que a punto está de eliminarnos a todos; hemos permitido que nos manipulen, que
nos usen y que nos mientan reiteradamente a cambio de un falso bienestar que no
es más que la venda que les ha servido para taparnos los ojos. Crear polos de
riqueza frente a los de la pobreza es
asegurarse la eternidad de su infamia. Si unos solo aspiran a mantener sus privilegios y
otros están tan alienados que ya no tienen fuerzas para ser conscientes de si
mismos y su situación, el poder de los grandes
especuladores y asesinos de esperanzas, está asegurado
En cuanto unos cuantos, miles o
tal vez millones, empiezan a dejar de mirar al dedo y descubren que existe la
luna, es cuando empieza el fin de la infamia y el comienzo de un nuevo
compromiso. El 15M es el inconmensurable
Pepito grillo de este siglo y abstraerse de su machacona sonata, no nos hace
más listos, solo nos convierte en imbéciles. Ahí está el germen del futuro, no
tengo la menor duda.
El gran problema es que pepito grillo, actúa sobre la conciencia de hombres y mujeres de bien. Creo que entre los que nos gobiernan hay pocos, por ser generoso, y no decir que ninguno. No se puede actuar sobre una conciencia que no existe.
ResponderEliminarprecisamente sobre esa conciencia es sobre la que hay que incidir. Es la gente de bien la que ha estado y sigue estando en gran numero, impasible ante todo lo que pasa y es a los que hay que jalear para que los otros, los que gobiernan, esten concienciados o no, tengan que actuar, pues en el fondo solo les mueve el egoismo de poseer el poder y si lo ven en peligro, es lo único que les motiva para hacer algo.
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